Por Simón RodrÃguez*
Cercado por los fracasos en la polÃtica doméstica y las crisis internas de su gobierno, reflejadas en una altÃsima rotación de los altos funcionarios, con constantes contradicciones públicas entre Trump y su gabinete, el presidente yanqui ha venido empleando una polÃtica exterior de corte espectacular, para ocultar sus debilidades. El caso más reciente ha sido el de sus amenazas bélicas contra Irán, llevadas al extremo con el envÃo de bombarderos cuya acción fue cancelada en el último momento, el 20 de junio.
En 2018, adaptándose a la lÃnea de Israel y de los sectores más agresivos de la derecha estadounidense, el gobierno de Trump rompió el acuerdo nuclear que Obama habÃa firmado con Irán. En dicho pacto, firmado en 2015, EEUU levantaba las sanciones económicas a cambio del compromiso del régimen teocrático de no superar cuotas acordadas de enriquecimiento de uranio para su programa nuclear. El restablecimiento de las sanciones por parte de Trump ha impactado a la economÃa iranÃ, que ya venÃa sufriendo el desgaste implicado por la ocupación militar de Siria al servicio de la dictadura fascista de Assad. En respuesta a las sanciones, Irán reinició el proceso de enriquecimiento de uranio y anunció que en julio superarÃa la cuota acordada en 2015.
La tensión aumentó con la realización de seis ataques a buques petroleros en las últimas seis semanas en el Estrecho de Ormuz, uno de los puntos estratégicos de mayor interés para el imperialismo. Con apenas 33 kilómetros de ancho en su punto más estrecho, por allà transita alrededor de la quinta parte de las exportaciones mundiales de petróleo, unos 19 millones de barriles diarios procedentes de Arabia Saudita, Kuwait, los Emiratos Ãrabes Unidos e Irán, asà como gas licuado de Qatar, su principal exportador mundial. Irán niega ser responsable de los ataques.
En ese marco, el 19 de junio fue derribado por Irán un dron yanqui no tripulado de espionaje. Todo indicarÃa que el aparato volaba sobre aguas territoriales iranÃes. Los voceros imperialistas aseguran que la acción ocurrió sobre aguas internacionales. Trump ordenó un bombardeo en represalia y poco después, con los bombarderos ya volando, canceló el ataque. La represalia se limitó a un ataque cibernético contra el gobierno iranÃ.
Trump mostró en muy poco tiempo todas sus caras: primero dijo creer que el derribo del dron no habÃa sido deliberado, luego ordenó y canceló el ataque, posteriormente declaró que interrumpió el ataque porque le pareció desproporcionado al ser informado de que costarÃa 150 muertes. Más recientemente ha ofrecido por twitter prosperidad y amistad a Irán si desiste de su programa nuclear. Un evidente ofrecimiento de renegociar un acuerdo. Los gobiernos imperialistas de la Unión Europea han criticado abiertamente la unilateralidad de la polÃtica yanqui hacia Irán, llamando a la negociación.
El bluff de Trump ha evidenciado grandes diferencias con su asesor de seguridad, Bolton, y el secretario de Estado, Pompeo, que nuevamente son reflejadas en filtraciones a la prensa. Según fuentes de su gobierno, Trump dice no ser partidario de una guerra con Irán y se queja ante su cÃrculo más cercano de que sus funcionarios quieren manipularlo para que caiga en una aventura bélica. El magnate, de convicciones racistas e imperialistas, se guÃa por el lema “America first†(Estados Unidos primero), argumentando que resulta muy costoso el rol de policÃa mundial. Entrando en un perÃodo pre electoral, una invasión no está entre sus planes. El recuerdo de Irak, el segundo Vietnam de EEUU, sigue disuadiendo al imperialismo de emprender nuevas guerras de agresión. Pero no abandona sus permanentes amenazas de agresión hacia los pueblos.
El régimen iranÃ, por su parte, saca el máximo provecho del justo repudio que en su paÃs y a nivel mundial generan las amenazas de Trump. Desde hace cuatro décadas esa teocracia capitalista, antiobrera y antipopular esgrime la supuesta inminencia de una agresión militar yanqui para justificar la inexistencia de libertades democráticas y la represión contra la resistencia a sus polÃticas de ajuste. Los revolucionarios repudiamos las amenazas militares y las sanciones económicas de Trump contra Irán, al mismo tiempo nos solidarizamos con los trabajadores y el pueblo de Irán que padecen bajo las botas de la dictadura.
Se va delineando un patrón que evidencia la crisis de dominación polÃtica, económica y militar del imperialismo yanqui. Las amenazas de ataque nuclear a Norcorea fueron seguidas de conferencias amistosas entre Trump y Kim Jong Un. La opción de una agresión militar contra Venezuela se diluyó al fracasar el intento de golpe del 30 de abril en el que Trump y Guaidó contaban con la ruptura del alto mando militar chavista. Al igual que con Irán, en estos casos el gobierno de Trump ha usado el recurso de la amenaza militar para procurar resultados. Todo intento del imperialismo de obtener ventaja mediante el chantaje militar debe ser repudiado, no obstante está claro que hasta ahora Trump ladra pero no muerde.
*Integrante del Partido Socialismo y Libertad (PSL) de Venezuela, sección de la UIT-CI